España: un país de mascotas y menos de niños
¿Sabías que en España hay 6 veces más mascotas que niños menores de 4 años? Sí, lo has leído bien. Mientras los perros, gatos y otros animales de compañía llenan nuestros hogares y corazones, los bebés son una especie cada vez más escasa.
Este dato, que podría parecer solo curioso, tiene implicaciones profundas para el futuro de nuestro país, especialmente en aspectos como la sostenibilidad del sistema de pensiones.
Mascotas al alza, bebés a la baja
Lo que vemos hoy en España es un reflejo de cómo la natalidad ha caído en picado en las últimas décadas. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2022 había 1,8 millones de niños menores de 4 años, representando solo el 3,7% de la población.
Esta cifra es notablemente baja en comparación con años anteriores. Por ejemplo, en 2011 había casi 2,5 millones de niños pequeños (el 5,2% de la población), y si miramos más atrás, la diferencia es aún mayor.
Por otro lado, las mascotas están en pleno auge. Según la Red Española de Identificación de Animales de Compañía (REIAC), en 2023 había más de 10 millones de perros y gatos registrados con microchip. De ellos, el 87,8% eran perros, consolidando a este animal como el compañero preferido en los hogares españoles. Si ampliamos la mirada, datos de otras organizaciones, como ANFAAC (la patronal de fabricantes de alimentos para animales), señalan que en España hay más de 30 millones de mascotas, incluyendo peces, aves, reptiles y pequeños mamíferos.
En números concretos, la proporción es clara: por cada niño pequeño, hay 6 mascotas. Y si comparamos todos los menores de 15 años (6,5 millones según el INE) con el total de mascotas, la brecha es aún mayor.
La caída de la natalidad: un problema estructural
La procupación por la Sostenibilidad de las pensiones relacionada con la baja natalidad no es un fenómeno reciente, pero sí se ha acentuado en los últimos años. En 2023, los nacimientos alcanzaron un mínimo histórico de 322.100, muy lejos de los más de 680.000 que se registraban en la década de 1970. Las razones son múltiples, van desde factores económicos hasta cambios sociales y culturales.
En términos económicos, muchas familias enfrentan dificultades para criar hijos debido a los altos costes asociados, como la vivienda, la educación y los servicios de cuidado. Además, el mercado laboral sigue siendo precario para muchos jóvenes, lo que dificulta tomar decisiones a largo plazo. Según encuestas recientes, un 11% de las mujeres que desean ser madres han pospuesto su decisión o renunciado a ella debido a razones laborales o de conciliación.
Por otro lado, España se encuentra entre los países con las tasas de fertilidad más bajas de Europa. En 2022, la tasa de fertilidad (el promedio de hijos por mujer) fue de apenas 1,16, por debajo de la media de la Unión Europea (1,46) y muy lejos de países como Francia (1,79) o Suecia (1,66).
Mascotas en España: ¿una tendencia global?
Nuestro país no es el único país que vive esta realidad. En Corea del Sur, donde la tasa de fertilidad es aún más baja que en España, las empresas han dejado de fabricar carritos de bebé para centrarse en productos para mascotas, como cochecitos para perros. En China, la industria de alimentos para mascotas crece a un ritmo del 8% anual, impulsada por familias urbanas que optan por animales en lugar de hijos.
En España, casi la mitad de los hogares tiene al menos una mascota, y el 43% las considera un miembro más de la familia. Este vínculo emocional no solo refleja un cambio en las prioridades de las personas, sino que también ha generado un negocio multimillonario. Según ANFAAC, la industria de alimentos y accesorios para mascotas creció en todos los segmentos entre 2022 y 2023, destacando especialmente en productos como snacks y alimentos húmedos para perros y gatos.
¿Qué tiene que ver esto con las pensiones?
Aunque tener una mascota puede ser gratificante, el auge de los animales de compañía frente a la caída de la natalidad plantea un desafío importante para la sostenibilidad del sistema de pensiones. ¿Por qué? Porque las pensiones en España se financian principalmente a través de las contribuciones de la población activa. Menos niños hoy significa menos trabajadores mañana, y eso podría generar un desequilibrio en el sistema.
El envejecimiento de la población, combinado con una base cada vez más pequeña de contribuyentes, ya está poniendo presión sobre las pensiones. Según expertos, si no se toman medidas, como fomentar la natalidad o reformar el sistema, será difícil mantener los niveles actuales de prestaciones en el futuro.
¿Por qué las mascotas están ganando terreno?
Hay varias razones que explican por qué las mascotas están ocupando un lugar tan importante en los hogares españoles. En primer lugar, ofrecen compañía y afecto sin las responsabilidades a largo plazo que implica criar un hijo. Además, muchas personas ven a sus mascotas como un apoyo emocional, especialmente en un contexto de creciente soledad y desconexión social.
Por otro lado, adoptar una mascota es, en muchos casos, más asequible que formar una familia. Aunque los gastos relacionados con los animales de compañía pueden ser significativos (alimentos, veterinario, accesorios, etc.), suelen ser más manejables que los costes asociados con la crianza de hijos.
¿Qué podemos hacer?
El contraste entre mascotas y niños es un reflejo de los profundos cambios sociales y económicos que vive España. No se trata de elegir entre unos y otros, sino de buscar un equilibrio que permita garantizar el bienestar de las personas y la sostenibilidad del sistema.
Algunas posibles soluciones incluyen:
- Fomentar políticas de apoyo a la natalidad: Incentivos fiscales, ayudas económicas directas, mejora de los servicios de conciliación y medidas que reduzcan la precariedad laboral.
- Reformar el sistema de pensiones: Explorar modelos más sostenibles que combinen diferentes fuentes de financiación, como la capitalización individual o sistemas mixtos.
- Promover la corresponsabilidad: Iniciativas que fomenten una mayor implicación de ambos miembros de la pareja en la crianza de los hijos.
Reflexión final
Tenemos un país de mascotas, y eso dice mucho sobre cómo han cambiado nuestras prioridades y estilos de vida. Sin embargo, detrás de esta realidad hay un reto que no podemos ignorar: la baja natalidad está afectando no solo a la estructura demográfica, sino también a pilares fundamentales como las pensiones.
Si queremos garantizar un futuro en el que tanto niños como mascotas tengan un lugar en nuestros hogares y corazones, necesitamos repensar cómo apoyamos a las familias y cómo adaptamos nuestras políticas a los cambios de la sociedad. Al final, el equilibrio entre las nuevas generaciones y nuestras adoradas mascotas será clave para construir un país sostenible y lleno de vida.