La prejubilación: El sueño que puede convertirse en pesadilla

Dic 28, 2024 | Educación, Planificación

La prejubilación, lo que no te cuentan. Más allá del retiro anticipado

La prejubilación, si cierras los ojos seguro que lo ves claro.

Te despiertas sin alarma, tomas el café despacio y haces planes que siempre dejaste para «algún día». Quizá viajes, tardes horas en leer un buen libro o disfrutes más tiempo con tu familia.

Es el sueño de muchos: trabajar menos y empezar a vivir más, antes de lo previsto.

Pero, ¿qué pasa cuando ese sueño no se puede cumplir?

Aquí viene la cara menos amable de la prejubilación.

No siempre puedes prejubilarte cuando quieres

No es por falta de ganas, ni siquiera de esfuerzo. A veces, es el sistema el que te pone barreras, y otras, las propias condiciones económicas hacen que la prejubilación se convierta en un lujo inalcanzable.

Vamos a profundizar en esto porque, aunque nadie te lo cuente de forma directa, es una realidad que afecta a miles de personas.

La prejubilación, el problema

La prejubilación no es algo que dependa solo de ti. Depende del sistema, y el sistema tiene reglas que, en muchos casos, parecen pensadas más para ponerte trabas que para facilitarte las cosas.

Estas son algunas realidades que afectan a quienes sueñan con prejubilarse:

  • No tienes la edad mínima

Aunque quisieras, las leyes son claras. Si no llegas a la edad fijada por el sistema (que cada vez es más alta), no puedes prejubilarte. Por mucho que hayas cotizado durante toda tu vida laboral, la edad legal sigue marcando los tiempos. Y esos tiempos no siempre coinciden con los tuyos.

¿Sabías que la edad mínima para prejubilarte puede variar dependiendo de los años cotizados? Además, cada reforma del sistema de pensiones tiende a elevar esta edad, lo que hace que prejubilarse sea una opción cada vez más lejana.

  • Tu empresa no lo permite

En muchos casos, la prejubilación depende de acuerdos con la empresa. Si ellos no están dispuestos, tú no puedes hacer nada.

Esto es especialmente común en sectores donde la prejubilación forma parte de planes de reestructuración o convenios colectivos. Si tu empresa no contempla esta opción, prejubilarte queda fuera de tu alcance, independientemente de tus deseos o necesidades.

  • El coste es demasiado alto

Prejubilarte implica renunciar a una parte importante de tu pensión. Dependiendo de los años que te falten para la edad de jubilación oficial, la penalización puede ser significativa.

Estamos hablando de un porcentaje que se recorta de forma permanente. Es decir, no solo cobrarás menos durante los años de prejubilación, sino también durante toda tu vida como jubilado.

¿Estás preparado para vivir con menos dinero? Para muchos, la respuesta es un rotundo «no».

  • No cumples los requisitos

Años cotizados, condiciones específicas, excepciones… El sistema está lleno de letra pequeña. Y si no encajas perfectamente en los requisitos exigidos, tu sueño de prejubilarte puede esfumarse.

Por ejemplo, en algunos casos necesitas haber cotizado un mínimo de 35 o 37 años para optar a una prejubilación parcial. Si has tenido periodos de desempleo o trabajos en los que no cotizaste lo suficiente, esto puede ser un problema.

Depender del sistema para la prejubilación

Esto es lo que no te cuentan cuando hablas de prejubilación:

  • No eres dueño de tu tiempo

Siempre hay alguien más (una ley, una empresa, un informe, …) decidiendo por ti. Aunque hayas trabajado toda tu vida, el sistema te dice cuándo puedes y cuándo no puedes prejubilarte.

Es frustrante. Porque después de décadas de esfuerzo, lo único que quieres es recuperar el control sobre tu tiempo. Pero el sistema no está diseñado para facilitarte eso.

  • Vives con incertidumbre

¿Y si cambian las reglas el próximo año? ¿y si la reforma de turno recorta lo que te corresponde? La falta de estabilidad en el sistema de pensiones genera un miedo constante a que tus planes se desmoronen.

No saber qué esperar del futuro es un dolor que afecta no solo a tu economía, sino también a tu tranquilidad mental.

  • Te sientes atrapado

Has trabajado toda tu vida, pero el sistema parece decirte: “No se vayan todavía, aún hay más.”

Esa sensación de estar atrapado en una rueda que nunca se detiene es algo que muchos sienten, especialmente quienes llevan años deseando retirarse antes de tiempo.

  • Miedo al futuro

Prejubilarte con una pensión reducida significa vivir con miedo a que los números no cuadren, a renunciar a cosas importantes o a depender de otros.

Nadie quiere llegar a la prejubilación con el temor constante de no poder mantener su nivel de vida.

¿Hay solución? Sí, pero no es automática

El sistema no va a cambiar para facilitarte la vida. Esto está claro. Pero tú puedes tomar las riendas.

Y aquí está la clave:

Si quieres prejubilarte cuando tú decidas, necesitas un plan propio.

Esto significa que no puedes confiar solo en lo que el sistema te ofrezca. Necesitas crear tu propio camino hacia la libertad financiera.

¿Cómo hacerlo?

  • Ahorro personal

Crea tu propio fondo para complementar la pensión que recibirás. No importa si empiezas con poco. Lo importante es ser constante y aprovechar herramientas que te ayuden a maximizar ese ahorro.

Conoce cuánto necesitas y cuánto puedes ahorrar para cubrir esa diferencia. Tener claridad sobre tus metas te permitirá trazar un camino realista hacia tu prejubilación.

  • Asesoramiento

Un buen plan no se hace solo. Cada caso es único, y necesitas un guía que te ayude a optimizar tus recursos y prepararte para cualquier escenario.

  • Diversificación

No pongas todos tus huevos en la misma cesta. Explora opciones como planes de privados, inversiones a largo plazo o propiedades que puedan generar ingresos pasivos.

La importancia de actuar ahora

El tiempo es tu mejor aliado cuando se trata de planificar tu prejubilación. Cuanto antes empieces, más opciones tendrás y más seguro estará tu futuro.

Piensa en esto:

Cada mes que retrasas la planificación es un mes menos de ahorro.

Cada año que no tomas acción es un año más dependiendo de las decisiones de otros.

La buena noticia es que nunca es tarde para empezar. Lo importante es dar el primer paso.

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Porque la prejubilación no debería ser un sueño inalcanzable.

Con un buen plan, puede convertirse en una realidad.