Tasa de mortalidad en España: probabilidades de morir

Nov 8, 2024 | Noticias, Planificación

¿Para qué ahorras si podrías morir en cualquier momento? 

En una era en la que hablar de ahorro y planificación para el futuro es casi una obligación, a veces surge una reflexión incómoda: ¿qué pasa si ahorro para el futuro y no llego a disfrutarlo?

En España, la tasa de mortalidad ofrece datos interesantes sobre la esperanza de vida, los factores de riesgo y las probabilidades de muerte en distintas etapas de la vida.

Este artículo examina la tasa de mortalidad en España y cómo influye en nuestra percepción sobre el ahorro, el futuro y la necesidad de disfrutar el presente.

 

La tasa de mortalidad en España, ¿qué nos dice?

La tasa de mortalidad mide la cantidad de fallecimientos por cada 1.000 personas en un año.

En España, esta tasa es relativamente baja en comparación con otros países, debido a una esperanza de vida alta, de alrededor de 83 años.

Sin embargo, la tasa de mortalidad varía notablemente en función de la edad, el género y las condiciones de salud de cada persona.

Estos factores nos muestran una realidad: aunque la longevidad es cada vez mayor, la muerte sigue siendo un riesgo latente.

 

¿Qué probabilidades tengo de morir en cada etapa de la vida?

Si bien la esperanza de vida es alta, esto no significa que estemos exentos de riesgos. Según las estadísticas, las tasas de mortalidad en España son más bajas en las personas jóvenes y adultas en comparación con los grupos de mayor edad.

Sin embargo, las enfermedades, los accidentes de tráfico y otros factores hacen que la muerte pueda presentarse en cualquier momento, incluso en edades tempranas.

Para quienes tienen entre 20 y 40 años, la tasa de mortalidad es bastante baja, pero esto no elimina la posibilidad de que algo inesperado suceda.

Las personas mayores de 65 años, por otro lado, enfrentan una tasa de mortalidad considerablemente más alta, en parte debido al envejecimiento y las enfermedades asociadas con la edad.

Así, podríamos preguntarnos: ¿vale la pena ahorrar con la posibilidad de que algo nos ocurra antes de llegar a disfrutar de esos ahorros?

 

La tentación de vivir el presente: ¿Por qué ahorrar para el futuro?

La idea de vivir el presente sin pensar en el mañana tiene un atractivo innegable. Es la famosa filosofía de “carpe diem” o “vive el momento”.

En un mundo donde la tasa de mortalidad nos recuerda que no somos eternos, resulta tentador priorizar experiencias inmediatas y disfrutar del aquí y ahora, en lugar de destinar recursos a un futuro incierto.

Para muchos, el razonamiento es el siguiente: si puedo morir mañana o dentro de diez años, ¿por qué debería privarme hoy?

Esta mentalidad es comprensible, especialmente cuando pensamos en que el ahorro puede ser una actividad que implique sacrificio y que posterga las gratificaciones.

 

La paradoja del ahorro y la mortalidad

A pesar de las estadísticas, el ahorro sigue siendo una decisión personal. Muchas personas sienten que, sin importar la tasa de mortalidad, ahorrar es una forma de cuidar su futuro y de reducir la incertidumbre económica. Sin embargo, esta percepción se enfrenta a la realidad de que ninguna cantidad de dinero puede garantizarnos que viviremos hasta los 80 años.

Este dilema plantea una paradoja: ¿es realmente sabio ahorrar y postergar el disfrute del presente, cuando el futuro es tan incierto? La tasa de mortalidad y la posibilidad de morir antes de lo esperado nos invitan a reflexionar sobre nuestras prioridades y sobre el equilibrio entre el ahorro y el disfrute actual.

 

¿Es mejor no ahorrar y disfrutar de la vida?

Para algunas personas, la tasa de mortalidad en España es una razón para no ahorrar en exceso. Argumentan que, en lugar de destinar gran parte de sus ingresos a un futuro incierto, prefieren disfrutar de experiencias significativas ahora.

Esta mentalidad se apoya en la idea de que los recuerdos y vivencias pueden tener un valor más duradero que el dinero acumulado.

Así, en lugar de destinar grandes cantidades al ahorro, muchos eligen gastar en viajes, eventos, actividades recreativas y otros placeres que brindan satisfacción inmediata.

Si bien esta perspectiva puede sonar atractiva, también hay un riesgo inherente. No ahorrar y vivir exclusivamente para el presente puede dejar a las personas sin respaldo financiero en caso de que lleguen a la vejez.

Aunque la tasa de mortalidad es una realidad, también lo es la posibilidad de vivir muchos años sin contar con recursos económicos suficientes para cubrir necesidades básicas.

 

Encontrar el equilibrio: ahorro y disfrute

A la hora de tomar una decisión financiera, una opción intermedia puede ser la más sensata: ahorrar para el futuro, pero sin descuidar el presente.

Esta estrategia implica destinar una parte de los ingresos al ahorro, sin renunciar a vivir experiencias enriquecedoras ahora. En lugar de optar por un enfoque extremo (ahorrar todo o gastar todo), un equilibrio permite disfrutar de una vida plena mientras se prepara un respaldo económico.

Por ejemplo, si una persona destina entre el 10 % y el 20 % de sus ingresos al ahorro, puede estar construyendo una base financiera que le proporcione estabilidad en el futuro, mientras dedica el resto de sus ingresos a disfrutar del presente.

Este enfoque de educación financiera, también evita caer en el remordimiento que puede surgir en personas que no ahorran nada y, luego, enfrentan dificultades financieras. 

 

La realidad de la tasa de mortalidad y la planificación financiera

Es importante recordar que la tasa de mortalidad en España es solo un indicador y no una predicción de nuestra propia vida.

Cada persona tiene una trayectoria única y los factores que determinan la duración de la vida pueden ser impredecibles. Aun así, reconocer esta incertidumbre no significa que debamos abandonar completamente el ahorro.

Tener cierta estabilidad financiera puede aportar tranquilidad y permitirnos enfrentar situaciones difíciles en el futuro.

Al fin y al cabo, ahorrar no tiene que significar renunciar al presente. Es posible que la tasa de mortalidad nos haga reflexionar sobre lo frágil de la vida, pero el ahorro puede ser una herramienta para enfrentar lo inesperado y, al mismo tiempo, aprovechar el tiempo que tenemos.

 

Conclusión: ¿Debemos ahorrar a pesar de la tasa de mortalidad?

La decisión de ahorrar o no es algo profundamente personal, influido por nuestras creencias, experiencias y objetivos de vida.

La tasa de mortalidad en España nos recuerda que el tiempo es limitado y que la vida puede ser impredecible. Sin embargo, ahorrar sigue siendo una manera de planificar y de tener cierta seguridad para el futuro, independientemente de cuánto dure nuestra vida.

Para quienes consideran que ahorrar puede significar sacrificar el presente, el equilibrio es la mejor respuesta.

Ahorrar para el futuro no implica renunciar a vivir el presente, sino planificar con inteligencia para aprovechar lo mejor de ambos mundos. La tasa de mortalidad nos invita a ser conscientes de la vida, pero también a entender que cada decisión tiene consecuencias.

Ahorrar o no es una elección, y encontrar un punto medio puede ser la clave para una vida plena y financieramente segura.